LA MANGOSTA ENANA
La mangosta enana (Helogale Parvula) es un pequeño carnívoro de la familia Herpestidae que se extiende por el sur y el este de África, más concretamente por Botswana, Namibia, Sud África, Zambia y Zimbawe.
Alcanzan un tamaño máximo de 38 centímetros incluyendo la cola y pesan alrededor de 300 gramos, convitiéndose así en el carnívoro más pequeño del continente africano. Su pelo versa del marrón rojizo al marrón oscuro, salpicado en ocasiones de gris. La parte inferior suele ser más clara.

Estos pequeños mamíferos habitan en sabanas, semi-desiertos y zonas de bosque seco. Son capaces de crear sus propias madrigueras, aunque muy a menudo aprovechan los montículos de las termitas.


Suelen vivir en comunidad, creando grupos que van desde los 10 hasta los 30 individuos. Son aniamles diurnos; siempre salen de sus madrigueras cuando el sol está bien alto y se esconden antes del atardecer. Para comunicarse utilizan una amplia gama de gorjeos y silbidos. Tienen una esperanza de vida que ronda los nueve años.

La estructura jerárquica de los grupos es un poco compleja. Por encima de todos está la matriarca, que es la única que puede reproducirse. El macho alfa, que está un rango por debajo de ella, pasa el tiempo en lo alto de los montículos tratando de localizar y alertar ante un posible peligro. La clasificación social del resto del grupo se basa en la edad, teniendo los jóvenes rangos más altos. Este sistema social altamente inusual asegura que los jóvenes reciban el alimento adecuado sin necesidad de pelear o competir con los adultos. Los miembros más veteranos del grupo ayudarán a cuidar y alimentar a las crías.
ALIMENTACIÓN
En estado salvaje se alimentan tanto de reptiles como de pequeños mamíferos, aves, huevos e insectos.  En cautividad debemos ofrecerles ratones, pollitos, carne picada, huevos, grillos, gusanos de la harina, cucarachas y algo de fruta picada. Aunque no son grandes bebedores siempre tienen que tener a su alcance un recipiente de agua bien limpia.

ALOJAMIENTO
Lo ideal para mantener a estos animales sería crear recintos exteriores con un mínimo de 5 metros cuadrados para un grupito de unos siete ejemplars aunque, como la mayoría de los aficionados solo quieren un ejemplar y no disponen del espacio suficiente para cubrir esas necesidades, es posible tenerlos en una jaula o terrario que ronde 150x50x50 con la condición de que el ejemplar sea sacado a menudo para que pueda ejercitarse. Debemos recordar que la mangosta enana es una animal gregario y si nos decantamos por la segunda opción deberemos estrechar nuestros lazos con ella porque seremos parte de su familia.
Las temperaturas no deben descender nunca de los 18 grados, siendo idóneo establecer unos 23 grados de día y unos 19 de noche. Al habitar en zonas semidesérticas la humedad deberá ser más bien baja, rondando el 30%.
Es muy importante instalar en el recinto troncos caídos y piedras, así como diversos objetos que obstaculicen la visión de los animales y tras los que puedan esconderse para que el grupo pueda ejercer sus funciones correctamente.
Como sustrato en terrario o jaula podemos utilizar fibra de coco o viruta de madera. En caso de mantenerlas en el exterior no hay que olvidar que son grandes excavadoras, por lo que tendremos que hacer un tope de seguridad con malla metálica o cemento a unos cincuenta centímetros bajo la superfície.
Las mangostas enanas pueden reproducirse dos o tres veces al año, generalmente durante la temporada de lluvias que tiene lugar entre octubre y mayo. Alcanzan la madurez sexual a los tres años, pero la presión social les impide hacerlo porque, como ya he comentado, solo pueden hacerlo las hembras dominantes.

Después de un periodo de gestación de 49 a 55 días paren hasta seis crías. En estado salvaje salen con el resto del grupo a los seis meses de edad, pero en cautividad es recomendable destetarlos a los cuarenta y cinco días para dar comienzo a su sociabilización.

REPRODUCCIÓN
Centro especializado en la cría de Mamíferos Exóticos