Existen multitud de parásitos que pueden afectar de forma negativa a los felinos y no todos son iguales de detectar. En la gran mayoría de las ocasiones los huéspedes endógenos son mucho más nocivos que los exógenos, porque pueden agredir a determinadas partes del organismo de las mascotas. Para evitar su proliferación y erradicar todas las consecuencias negativas es imprescindible utilizar de forma regular antiparasitarios internos para gatos. La mayoría de ellos se suministran de forma oral y deben dosificarse cada tres meses. Es imprescindible obtener el beneplácito de un veterinario antes de utilizar cualquier medicamento parasiticida.