Ballena Azul

La ballena azul, conocida también por su nombre científico como Balaenoptera musculus y, del mismo modo como rorcual azul, es uno de los animales en extinción más especiales que existen. Los barcos balleneros son el principal problema al que tienen que enfrentarse estos grandísimos animales.

Lo de “grandísimos” no es casualidad, se trata del animal más grande no sólo de la actualidad, sino de toda la Historia del planeta Tierra. Pero además, como animal en extinción es también especial, dado que ha estado en la Lista Roja de la UICN de especies amenazadas desde su creación en 1963.

Los rasgos característicos de la ballena azul

La razón de ser considerado el animal más grande de la Historia es que la ballena azul mide nada menos que 27 metros de media, aunque se ha llegado a contabilizar una hembra que medía más de 33 metros de longitud.

Su peso, obviamente tampoco se queda atrás. La ballena azul puede llegar a pesar hasta 120 toneladas. Como también pasó con su longitud, algunos especímenes fueron la excepción, llegando en ocasiones hasta las 173 toneladas de peso.

En su alimentación tiene gran presencia el krill, un crustáceo de unos 5 cm de longitud, aunque en ocasiones también ingieren copépodos en pequeñas proporciones, que normalmente están en el zooplancton marino.

El peligro de extinción de la ballena azul

Como se ha comentado, el peligro de extinción de la ballena azul ha sido registrado hace ya varias décadas. Se ha solicitado a su principal rival, los barcos balleneros, que dejen de pescar pero no han hecho ningún caso y la población ha ido mermando a lo largo de los años.

Dependiendo de las distintas zonas del Océano en el que se encuentran, las especies se cuentan en unas pocas miles. Pero ciertamente no son los barcos balleneros su principal rival. A nivel animal, de todas formas, sólo la orca ha sido registrada como rival con valor o insensatez suficiente como para enfrentarse directamente con la ballena azul.

Del mismo modo, los accidentes con redes de pesca, la contaminación del agua y el deshielo de glaciares están afectando directamente a su ecosistema y, por tanto, a su supervivencia.