Comportamiento Alimentario de los Gatos

El comportamiento alimentario de los gatos está llego de curiosidades derivadas de los hábitos de sus ancestros egipcios, aunque han variado moderadamente la conducta a través de los años de domesticación.

Originarios del desierto, los gatos salvajes tenían pocas ocasiones de beber y debían contentarse con presas magras, esencialmente roedores recién cazados.

El gato doméstico ha conservado la sobriedad con respecto al agua y el hábito de hacer varias comidas al día. De este modo, los gatos pueden comer hasta quince veces al día, ingiriendo un promedio de diez gramos en cada ocasión. El tiempo que los gatos pasan comiendo es siempre breve, de unos quince minutos.

Aún así, cada vez que vea a su propietario el gato se acercará hasta el comedero y hará amago de ingestión. Este peculiar comportamiento está arraigado a la mayoría de los ejemplares domésticos y se explica como adaptación instintiva para evitar la escasez de alimento. El comportamiento alimentario de los gatos tiene mucho que ver con su fisionomía. El sistema digestivo de los felinos está adaptado a esta forma alimentaria y toleran bastante mal que se les alimente una sola vez al día, como a los perros. Los métodos de alimentación ideal para los gatos se basan en la autoalimentación a base de piensos y la administración esporádica de patés. Los gatos beben unas diez veces al día y absorben unos quince mililitros en cada ocasión. Se recomienda ofrecerles agua con bajos niveles de cloro para evitar inflamaciones estomacales.

Los gatos son capaces de regular por ellos mismos sus ingestas en función de sus necesidades y solo un siete por ciento de ejemplares padecen obesidad frente al veinticinco por ciento de los perros. Los gatos suelen ser fieles a una marca, textura o sabor durante toda su vida, así que sería recomendable cambiar el pienso la menor cantidad de veces posible.