Comportamiento del Gato

El comportamiento del gato es uno de los más curiosos del mundo animal y su estudio ofrece la posibilidad de conocer mucho mejor a esos pequeños felinos. Cuando alguien adquiere un gato el animal tiene una educación bastante limitada. En ese momento ya habrá adquirido unos hábitos higiénicos y bastará enseñarle su bandeja para que aprenda a ir sistemáticamente hasta ella.

Los gatos también aprenden fácilmente dónde se encuentra la nevera y dónde se almacena la comida, es por eso que habrá que tener cuidado porque al más mínimo despiste podrían hacerse con cualquier producto destinado al consumo humano. Lo que ya es un poco más difícil es que aprendan a respetar los objetos de su nuevo hogar, como pueden ser los muebles y los utensilios reservados para los miembros de la familia.

Es fácil ver a un gato correteando por encima de la mesa y es necesaria una reeducación para que deje de hacerlo. Para reprenderlo, bastará decirle que no lo haga de un modo seco y abrupto. Si no se evitan esas conductas desde el principio, cuando crezca será casi imposible remediarlo. El comportamiento del gato es sumamente sigiloso. Son animales capaces de moverse con suma minucia para evitar ser sorprendidos mientras intentan hacer algo que saben que está prohibido. Son más bien nocturnos y pasan gran parte del día durmiendo, aunque sus hábitos pueden verse truncados en cualquier momento.

Pese a que tienen fama de independientes, en ocasiones precisan del contacto humano. Es bastante común que acudan hasta su propietario para recibir caricias. Los gatos son mamíferos inteligentes y no dudan en pedir a base de maullidos aquello que quieren. En ocasiones, si no se les concede, llegan a ser muy molestos. Cada ejemplar tiene un carácter distinto, pero por norma general son completamente dóciles y solo muerden o arañan durante el tiempo de juego.