Comida | Camas | Paseo | Juguetes | Protección | Transporte | Bowls | Higiene | Nutrición |
Comida | Camas | Paseo | Juguetes | Transporte |
Comederos | Antiparásitos | Higiene | Suplementos | Casetas |
Enseñar a un perro a ir con correa es esencial para garantizar la estabilidad de la mascota a largo plazo. Tras el primer día de la llegada del cachorro es necesario empezar con el entrenamiento. Desde el primer momento hay que hacer que el animal se sienta cómodo e intentar que se familiarice con el hogar. Lo que deben aprender más rápidamente es la posición donde tienen la comida, el lugar donde tienen que descansar y la zona higiénica. Tras la llegada es muy importante que en todo momento se sientan acompañados por sus cuidadores.
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Luego, cuando el animal se haya integrado completamente en su nuevo entorno, es la hora de empezar a trabajar las pautas de conducta. En la mayoría de las provincias la ley establece que los perros deben ir atados con una correa para salir a la calle. Es frecuente ver a perros adultos frustrados intentando arrastrar a su propietario. Esa situación es muy molesta y peligrosa, por lo que hay que evitarla a toda costa. Para ello hay que ponerse a trabajar desde que el perro es un cachorro.
En primer lugar hay que comprar un collar que se adapte al contorno del cuello de la mascota. Durante los primeros días es normal que el perro se sienta molesto e intente quitárselo. Poner el collar cuando el cachorro está jugando, comiendo o realizando alguna actividad excitante puede ayudar a que lo acepte más rápidamente. Es mejor que el primer collar sea ligero y que no quede demasiado ajustado. Después de fijar la correa al collar es habitual que el cachorro la mordisquee e intente liberarse. Al principio es bueno permitir que la mascota se mueva por toda la casa mientras el cuidador la sigue. Hay que permanecer así hasta que el cachorro se sienta más cómodo. Nunca hay que dejar a los perros con la correa atada sin supervisión porque pueden lesionarse.
Hay que utilizar el afán de los perros de seguir a sus dueños para enseñarles a utilizar la correa. Al principio las sesiones de entrenamiento deben ser cortas para no cansar al animal. Un buen método es empezar caminando por un lugar tranquilo. Cuando el perro lo haga bien y sin tirar debe ser premiado con snacks. Motivarlos con buenas palabras y con caricias también es indispensable. En caso de que el perro se acelere no hay que tirar de la correa para detenerlo, sino intentar que pare de moverse pronunciando una fuerte negación. El mejor consejo es no seguir andando cuando el perro tire de la correa. Debe ser el cuidador quien marque el ritmo.
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