Evitar que los Peces se Pongan Enfermos

Los aficionados a la acuariofilia hacen todo lo posible para evitar que los peces se pongan enfermos, pero en ocasiones es inevitable. Por ello es aconsejable seguir una serie de consejos para minimizar la probabilidad de contagio. Desgraciadamente la enfermedades arremeten contra los acuarios de forma muy frecuente. En la mayoría de los casos aparecen a consecuencia de un descuido de los propietarios.

La higiene es uno de los factores que más influyen en la salud de los animales. Cambiar el agua del acuario regularmente y utilizar un buen sistema de filtración es indispensable para que las condiciones del entorno sean las apropiadas. Es conveniente limpiar regularmente los cristales laterales y utilizar un sifón para eliminar la materia orgánica que vaya acumulándose sobre el sustrato.

La descomposición de los residuos favorece la aparición de sustancias nocivas que pueden repercutir en el bienestar de los peces. Alimentar correctamente a los animales es indispensable para evitar que los peces se pongan enfermos. Es conveniente utilizar productos específicos que contengan todos los valores nutritivos necesarios para garantizar el bienestar de cada especie. La comida casera solo debe ser utilizada por aficionados con un nivel avanzado, ya que muchos alimentos contienen sustancias que los peces no pueden digerir y que son capaces de causar graves  daños internos que pueden repercutir en sus órganos. Quizá te interese este artículo sobre peces de agua fría.

En caso de que un pez muestre algún síntoma de enfermedad es conveniente separarlo rápidamente y meterlo en un recinto de cuarentena para evitar que la patología se extienda por todos los miembros del acuario. Es conveniente que la población de los acuarios no sea excesiva para que no se produzcan ese tipo de situaciones. Para evitar la aparición de enfermedades dentro del acuario se recomienda tratar correctamente el agua con acondicionadores que impidan la propagación de organismos nocivos. Además, es imprescindible ciclar la pecera antes de introducir a los animales para que las bacterias nitrificantes se encarguen de eliminar las sustancias  más perjudiciales como el amoníaco y los nitritos.