La Inteligencia de los Gatos

Los estudios para determinar la inteligencia de los gatos se basan en dos niveles. fundamentales. El nivel más bajo consiste en evaluar la capacidad de un animal para establecer una relación entre dos acontecimientos o bien entre un acontecimiento y la respuesta que el gato debe proporcionar.

Ese aprendizaje tiene diferentes grados de complejidad. El nivel más alto consiste en someter al gato a series de problemas diferentes entre sí pero con un mismo punto en común del que puedan sacar provecho si lo descubren, como podría ser hacerles encontrar alimentos.

La experiencia mide entonces el tiempo que le toma al gato mejorar sus resultados y no cometer más errores en el curso de situaciones diferentes cada vez. La comida se esconde alternativamente bajo uno de dos objetos, luego bajo el otro. Esa prueba se realiza también con tres o más objetos, lo que la vuelve mucho más difícil. Las condiciones de alternancia se retoman de manera idéntica en problemas diferentes a los que se somete al gato. Si demuestra una mejora en sus resultados en la serie de pruebas, resulta claro que comprendió la regla común a todos sus problemas.

Otra serie de pruebas consiste en pedir al gato que encuentre los medios de obtener el alimento, como podría ser empujando una caja hasta situarla debajo de la comida para saltar y poder alcanzarla. En los gatos se plantea a veces el problema de la motivación, ya que no suelen observarse conductas tan elaboradas como en el medio salvaje. Incentivar a los individuos mediante estímulos positivos fomenta su capacidad de aprender. Todas esas pruebas permiten establecer una clasificación del grado de inteligencia de los animales, a la cabeza de la cual se encuentran los primates. La inteligencia de los gatos es bastante alta y se sitúan en la media superior.